El Amazigh fue un pueblo (no una raza) que pobló casi todo el norte de África, incluidas las Islas Canarias según parece. Cuando los españoles llegaron a nuestras islas, hace ya más de 500 años, exterminaron buena parte de este magnífico pueblo con su característico “buen hacer” tan usual por aquel entonces.
Tiempos terribles que debemos recordar para que no se vuelvan a repetir.
Hoy en día las Islas Canarias, mi querida tierra, está conformada por hombres y mujeres del mundo. Yo mismo nací en Londres, de padre valenciano y madre canaria de pura cepa. Y mi mujer ostenta con orgullo un apellido guanche de princesa sometida. Aquí convivimos en paz, desde hace siglos, asiáticos, europeos, americanos y, por supuesto, africanos.
Yo me siento ciudadano del mundo y Canario. O viceversa. Creo tanto en lo universal como en lo particular.
Mi mundo ideal sería un mundo sin fronteras, en el que todos cultiváramos con mimo nuestra lengua materna pero compartiéramos también una misma lengua para hablar en libertad por todo el mundo. Que compartiéramos generosamente nuestra riqueza y nuestros recursos pero evitando la excesiva homogenización y la globalización desmesurada. Un mundo en el que se mezclaran las sangres en el amor y no en el terreno de batalla.
Como ven, no soy nada original. Plagio, y muy mal, a genios como Einstein o Lenon. Pero puestos a copiar ¡mejor copiar a los mejores!